Alex Atala
Brasil
Mundialmente conocido por ser un “descubridor” de la riqueza de productos que ofrece el Amazonas, a este curioso brasileño –a quien hemos visto en medio de la frondosidad de la selva buscando nuevos ingredientes– le ha movido (y le mueve) una imperiosa voluntad de regenerar la cocina brasileña con, por supuesto, ingredientes locales.
Ha colocado la cocina de su país en el punto de mira de la gastronomía internacional.
Nacido en 1968, se crió en São Bernardo do Campo, el cinturón industrial de São Paulo. A los 14 años decidió marcharse de casa, con su cresta y su estilismo punk. Trabajó como DJ, se fue a Europa (Francia, Bélgica, Italia…) a los 18 y para conseguir los papeles se apuntó a la escuela de cocina en Namur (Bélgica), y volvió a su país, para trabajar como jefe de cocina en varios restaurantes hasta abrir primero Namesa, una especie de fast food chic, y en 1999, D.O.M.
Sí cazaba y pescaba desde bien joven, algo que le sirvió para preparar diferentes piezas en la cocina.
DOM
Este terrible enfant de la cocina brasileña que nunca perderá su carácter rebelde e inconformista aúna técnicas de vanguardia, especialmente españolas, y otras de tradición, que aprendió durante numerosos viajes al interior de Brasil, sobre todo el Amazonas. Atala destila cocina, incluso en la mayoría de sus tatuajes, tiene más de 20. Promueve una gastronomía sostenible y saludable y ha conseguido que D.O.M. lleve más de diez años en los primeros puestos de la lista Latin America’s 50 Best.
También, entre otros proyectos, como el Riviera Bar, está al frente de “Dalva e dito”, una versión de las cocinas regionales de Brasil, en el que además comercializa productos brasileños. Es también miembro del consejo asesor internacional del Basque Culinary Center y encabeza el Instituto ATA cuyo eslogan es “el fuego, con arte y ciencia, es instrumento de civilización”, sin olvidar que es un gran amante y virtuoso del jijiutsu, un arte marcial muy practicado en Brasil.