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Calidad de Vida


Una perspectiva esencial es su carácter de expresión cultural de los pueblos, con una diversidad espectacular

La gastronomía goza de una situación privilegiada 

 

La gastronomía iberoamericana es fruto del sincretismo producido entre las diferentes cocinas europeas y las tradicionales cocinas de toda Sudamérica, hasta haber logrado una identidad nacional en cada una de ellas a partir de los siglos XVII y XVIII, donde se funden los modos de elaborar platos según una tradición  propia que recoge lo mejor de Europa y América, hasta lograr que la gastronomía iberoamericana brille con luz propia y sea un referente en términos de innovación, creatividad y modernidad. La alimentación es un factor clave para las sociedades contemporáneas y así lo perciben sus ciudadanos, que una vez satisfechas sus necesidades básicas, buscan dar el salto de la simple alimentación a la gastronomía como máximo refinamiento de la misma.

Otra perspectiva esencial es su carácter de expresión cultural de los pueblos, con una diversidad espectacular, dada la extensión del subcontinente americano, que incluye cocinas tan diversas como la mexicana, las caribeñas, las centroamericanas, las andinas, las clásicas de Perú, Colombia, Bolivia y Venezuela, la brasileña, las del cono sur… pasadas por el tamiz de la herencia culinaria portuguesa y española. Así que, con una cultura y una tradición que combina la dieta mediterránea y las tropicales, con unos productos nacionales agrícolas, marineros y ganaderos de máxima calidad, la gastronomía iberoamericana goza de una situación privilegiada de cara al resto del mundo, toda vez que su principal objetivo social, que no es lograr el placer sensorial ni la sutileza culinaria, ni tampoco la creatividad, sino conseguir acabar con el hambre en su región y lograr el bienestar y la calidad de vida de todos sus ciudadanos, lleva ya camino de consolidarse.

Alimentación adecuada

Una alimentación adecuada debe satisfacer las necesidades nutricionales e incorporar valores culturales, sociológicos, gastronómicos y de satisfacción. ¿Por qué? Porque la cocina es una forma de expresión artística, incluso estética, a través de los grandes chefs, que han pasado de ser artesanos para convertirse en artistas y personajes mediáticos a la altura de los deportistas. Y los grandes maestros de la cocina iberoamericana, tan innovadores y creativos como los de la vieja Europa, son los grandes embajadores de su gastronomía en el siglo XXI. Una misión apoyada desde España, que busca a la larga integrar la gastronomía en el universo cultural iberoamericano, como parte integrante de su patrimonio común, siguiendo una pauta similar a la que España ha impulsado con una iniciativa en el Parlamento Europeo para que los países de la UE incorporen en sus sistemas educativos conocimientos de alimentación, educación del gusto, salud integral y sobre la necesidad de realizar ejercicio físico. Una política de divulgación y conocimiento de las propias tradiciones culinarias perfectamente extrapolable al universo iberoamericano.

El mensaje ha de calar en el conjunto de los ciudadanos. La gastronomía, placentera y saludable, debe recibir un impulso importante, y no sólo en los mercados maduros de Europa y Norteamérica, sino también en el iberoamericano. Una visión global sobre la alimentación en el siglo XXI debe acabar con un mensaje de esperanza, un llamamiento a la colaboración pública para fomentar el interés de los jóvenes en la alimentación, lo que les llevará a entender mejor lo que comen y de dónde viene: el mundo agrícola, la pesca, los mercados… Todo con un objetivo: lograr la sostenibilidad de nuestro planeta, algo de vital interés tanto en el viejo continente como en el nuevo.