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Relación con el cliente


Los chefs, unidos a los comensales, construyen en la actualidad el arte de la buena mesa

Toda una experiencia alrededor de la mesa

 

La hospitalidad y la cercanía con el cliente se imponen como señas de identidad en el mundo de la restauración. Las distintas culturas gastronómicas de cada país no sólo promueven una forma de alimentarse, sino también, un estilo de vida. Permiten reconocer las raíces y, al mismo tiempo, preservan y fomentan la coexistencia de la pluralidad y las particularidades de cada gastronomía.

Las materias primas, además de cumplir una función nutricional imprescindible, buscan provocar el placer en el comensal y son un reflejo del entorno en el que se producen. En torno a la mesa, surge el diálogo y, en ocasiones, el propio cocinero utilizando el mismo producto y la misma receta, consigue resultados diferentes en cada momento. Máxime si tenemos en cuenta que los productos son siempre distintos, aunque tengan el mismo origen. Un tomate no es igual en un sitio que en otro, ni siquiera comparándolo a otro de la misma planta, al igual que un pescado difiere de otro, aún procediendo de la misma especie y siendo capturado en las mismas aguas.

Chefs y comensales

Los chefs, unidos a los comensales, construyen hoy el arte de la buena mesa, sin perder de vista, junto a los criterios nutricionales, los componentes saludables, satisfactorios y sostenibles de cada plato. La gastronomía es una forma de expresión cultural y artística de cada pueblo y la estrecha relación e interacción entre el cliente y el cocinero pasa a dominar la escena culinaria actual, en la que junto a las vanguardias, coexisten las cocinas regionales, de producto, de autor, etc.

La cercanía en el trato entre cliente y hostelero se estrecha y ambos están dispuestos a seguir las mismas reglas del juego: probar, provocar inquietud por degustar nuevos platos, comentar las sensaciones culinarias y estar dispuesto a someterse a las más variadas emociones gastronómicas, en un ambiente de complicidad y camaradería.

Todo ello hace que numerosos turistas busquen la gastronomía como una de las motivaciones esenciales a la hora de diseñar sus viajes y elegir sus destinos. Buscan comer bien, pero también la vivencia de una experiencia completa que va más allá de la cocina en sí. La buena mesa es un elemento de conciliación y fraternidad.